"La comunicación social en el autismo, explicada" (Spectrum Research news) (2018)

POR LYDIA DENWORTH / 19 DE ABRIL DE 2018

Los problemas de comunicación siempre se han considerado una característica fundamental del autismo. Sin embargo, existen diferencias sustanciales y de amplio alcance en cómo se comunican las personas con autismo. Eso refleja no solo la variabilidad inherente de la condición, sino también la complejidad de la comunicación en sí misma, que abarca las palabras que usamos, el orden en que las usamos, el contacto visual, las expresiones faciales, los gestos y otras señales no verbales.

Los desafíos en cualquiera de estas áreas pueden contribuir a las dificultades sociales que experimentan los individuos en el espectro.

¿Qué es la comunicación social?

La comunicación social puede parecer un término redundante. La comunicación es intrínsecamente social: requiere la capacidad de compartir, de manera adecuada, lo que alguien siente o quiere decir, también para comprender y responder a lo que otros sienten o dicen. En las personas neurotípicas, los trastornos de la comunicación pueden incluir problemas con el lenguaje, pero no con la interacción social. Las personas con autismo, sin embargo, enfrentan un desafío especial al comunicarse en contextos sociales. Los expertos utilizan la frase "comunicación social" para enfatizar ese hecho.

¿Cuándo se reconocieron por primera vez las dificultades de comunicación social como parte del autismo?

Cuando Leo Kanner escribió su primer artículo sobre el autismo en 1943, sus descripciones de los niños que había observado incluían muchos problemas con la comunicación social. Observó, por ejemplo, la imposibilidad de establecer contacto visual o responder a preguntas y una tendencia a la conversación obsesiva. Desde entonces, las deficiencias en el lenguaje y la comunicación han sido siempre parte del concepto de autismo, pero no siempre hubo un criterio separado para el diagnóstico.

A medida que los investigadores han aprendido más sobre cómo se desarrolla el lenguaje en las personas con autismo, las perspectivas han cambiado, más de una vez, sobre cómo y si es necesario considerar el lenguaje y la interacción social como problemas separados o conjuntos. Durante muchas décadas, la atención se centró en las personas con autismo severo, que pueden tener pocas palabras, rara vez inician interacciones y apenas responden. En consecuencia, un diagnóstico de autismo requería un marcado deterioro en las habilidades conversacionales. Pero los médicos comenzaron a reconocer que las personas con autismo pueden tener fuertes habilidades verbales. Inicialmente, estas personas tampoco parecían tener problemas de comunicación social, pero la última década ha demostrado que a menudo se las considera "incómodas" en la forma en que se comunican y cometen más errores de lenguaje que sus compañeros típicos. El pensamiento más reciente reconoce que el lenguaje es una parte integral de la comunicación social y que la comunicación social en su conjunto es un problema persistente para muchas personas con autismo.

¿Qué tipo de problemas con la comunicación social son más comunes en las personas con autismo?

Se ha demostrado que las personas en el espectro enfrentan desafíos con una variedad de habilidades verbales y no verbales, incluida la gramática, el uso correcto de los pronombres y el dar una respuesta cuando se les habla. Las diferencias en algunos aspectos no verbales de la comunicación, como las expresiones faciales y el ritmo del habla, pueden explicar lo que otros perciben como "incomodidad" en las personas con autismo.

Como ocurre con tantas características del autismo, existe una enorme variabilidad de una persona a otra. Aún así, se destacan los problemas relacionados con dos aspectos de la comunicación: la pragmática y la prosodia.

¿Qué son la pragmática y la prosodia?

La pragmática es el uso apropiado del lenguaje en situaciones sociales. Los ejemplos incluyen ser capaz de permanecer en el tema y turnarse en una conversación, hacer preguntas apropiadas y usar un tono de voz adecuado para el entorno (por ejemplo, una voz más tranquila en un aula que en un patio de recreo). Muchas terapias para el autismo incorporan un entrenamiento explícito en estas habilidades.

La prosodia es el ritmo del habla y abarca aspectos de la comunicación verbal y no verbal. Llevada en las palabras habladas y las pausas intermedias, la prosodia tiene múltiples funciones. Por un lado, transmite información pragmática. Un tono ascendente, por ejemplo, indica una pregunta. La prosodia también comunica emoción. La pregunta "¿Qué quieres decir?" puede ser positiva, negativa o neutra según cómo se diga; la prosodia es lo que alerta al oyente respecto de la diferencia.

Los problemas con la prosodia pueden variar. Algunas personas hablan en tono monótono, mientras que otras exageran los tonos altos y bajos de manera tan dramática que los oyentes encuentran a su discurso antinatural.

¿Pueden existir problemas de comunicación social fuera del autismo?

En 2013, el “Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales” (DSM-5) agregó un nuevo diagnóstico: trastorno de la comunicación social (ECF). Esta condición comparte muchos de los rasgos comunes entre las personas con autismo, como la dificultad para responder a los demás, usar ciertos gestos, mantenerse atento en un tema y la facultad de hacer y mantener amigos. Pero las personas diagnosticadas con ECF no muestran comportamientos repetitivos ni intereses restringidos. Sin embargo, no todos los investigadores están de acuerdo en que la ECF debería ser un diagnóstico separado: argumentan que no hay suficiente evidencia de que la ECF sea una condición válidamente separada del autismo.

¿Hacia dónde se dirige la investigación sobre comunicación social?

Los médicos están trabajando para mejorar la terapia para la pragmática, porque es ampliamente relevante para la mayoría de las personas en el espectro. Algunos investigadores se están enfocando en identificar problemas más sutiles con la comunicación social que hacen que las interacciones sean desafiantes incluso para personas con fuertes habilidades cognitivas y de lenguaje. Las nuevas tecnologías de captura de movimiento y análisis acústico están permitiendo la medición detallada del tono vocal, entre otras variables, y de los movimientos diminutos que componen las expresiones faciales.

La comunicación entre personas con y sin autismo es un problema bidireccional. Los individuos en el espectro pueden tener desafíos de comunicación que abordar, pero sus compañeros y compañeras de conversación típicos podrían hacer más para resolverlos al aceptar las diferencias en la forma en que ellos se expresan.

Communication and autism — Social communication and autism explained (spectrumnews.org)

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